No es política...

Reflexionando estos días sobre graves problemas que afectan al medio natural, he de aceptar que se me han revuelto las entrañas.

Vivimos en la era de los “politicuchos” de medio pelo, las promesas imposibles y los actos de cara a la galería y a tener a todos contentos, porque la verdad es que a todas las escalas, cualquier puesto político consiste en evitar los problemas, no en solucionarlos.

En el medio ambiente, que es mi profesión, el tema es vergonzoso. Los gobernantes se preocupan en que de los Consejos salgan todos más o menos contentos, mientras que las subvenciones están prediseñadas para ONG’s, olvidando a las gentes de los campos, a las que lo patean a diario, lo conocen y lo respetan y aunque tengan errores o cometan barbaridades, como todos, gracias a ellos tenemos lo que tenemos.

Lo que no es normal es que un propietario que ama el campo y lo cuida y generación tras generación con esfuerzo y mucho dinero consiguen conservar un paraje espectacular, y su “merecido” premio es declarárselo protegido o directamente expropiarle o limitarle los usos que ha estado practicando desde siempre y por los que seguramente el paraje se ha conservado así.

Además lo normal es que no sólo no reciban dinero si no que además les critiquen, muy especialmente en el caso de los cazadores, pues mire usted, por ponerle un caso particular, muchas fincas de caza mayor son verdaderos ejemplos a seguir en infraestructuras contra incendios forestales o sin ir más lejos puedo afirmar que las mejores poblaciones de lince son albergadas en grandes fincas de caza mayor.

En resumen, no se trata de política, se trata de aplicar el sentido común y buscar soluciones que resuelvan problemas y eviten daños mayores, aplicando la lógica y los conocimientos de los expertos, y esto es un factor común aplicable tanto en economía, como en inmigración o gestión del medio ambiente, quizás esto sí es lo que debiera ser la política…