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Blog del proyecto Caza y Juventud de la fundación F.E.D.E.N.C.A.

A las puertas de la temporada.

En menos de un mes empezará una nueva temporada y como es lógico, en septiembre, es tiempo de ferias. Ciudad Real, Jaén, Sabiñánigo, Badajoz o Valladolid entre otras, son algunas de las ferias de caza que nos podemos encontrar durante este mes y en las que a pesar de la crisis, se mantienen expositores y visitantes de manera similar al año pasado.

Como todos los años, muchos jóvenes saldrán al campo a cazar por primera vez, la mayoría enseñados por padres, hermanos o abuelos, disfrutrán de sus primeros lances, ya sea de mayor o de menor. A todos ellos en primer lugar quiero darles la enhorabuena, pues se van a adentrar en un mundo que les permitirá disfrutar de la naturaleza de un modo especial, interaccionando en el medio como un elemento más, además de disfrutar con su afición, estarán gestionando las poblaciones de especies cinegéticas.

Por este motivo es sumamente importante que aquellos que empiecen  cazar reciban una formación por parte de sus "maestros", es decir de aquellas personas que les inicien en la caza, responsable y coherente. No me refiero a que cada aficionado deba ser un experto en caza o un gestor, me refiero simplemente a que aprendan sus limitaciones y que el respeto hacia las especies y el medio ambiente debe ser parte indispensable de sus principios como cazador, pues de no ser así, será muy difícil que esto cambie después.

Cuando digo que un aficionado, o cualquier cazador en general no debe ser experto o gestor cinegético, me refiero a que cada uno debe saber cuáles son sus limitaciones. La temporada pasada me invitaron a un par de monterías y aunque normalmente no suelo ir si no conozco a la mayoría de gente, esta vez acudí a la cita, y en una estuvieron a punto de denunciarme y en otra me cortaron descaradamente un jabalí, por cierto un macho excepcional.

Con esto quiero dejar claro que una persona por el hecho de tener una finca o de arrendar un  coto o ser titular, no tiene conocimientos para organizar una cacería y mucho menos una montería con la dificultad que entraña. Mancha a montear, colocación de puestos, petición de permisos a la administración, número de rehalas y puntos de suelta...todo esto y muchos más hay que hacerlo bien, primero por principios y decencia, sobre todo si se cobra la montería, y segundo, aunque muchos más importante, por seguridad.

Otro de los puntos de concflictos es la pertenencia de una res abatida o ubicación de los puestos, por esta razón deben estar bien marcados, y los postores dejar claro que nadie se mueve del puesto hasta que el postor recoja.

El año pasado un gañán se mejoró más de treinta metros su puesto, hacia mi postura colocándose en un viso. Entró un macho grande y me lo mató, aunque tiramos los dos, él tiró una milésim antes, pues estaba mejor colocado.

Cuando acabó la montería fuí a buscar mi tiro en el animal, pero sólo estaba el de este impresentable, que presumía de express. No habí capitán de montería y el postor cijo que si el tiro era del señor.... en estos casos la propiedad o la sociedad es quien se debería quedar el trofeo, y así ningún otro imbécil volvería a mejorarse del puesto, pero claro el señor se llevó el trofeo y así lo que pasa es que en la  próxima montería el imbécil hará lo mismo, ocasionando más trastornos a los monteros que respetamos las normas y evitamos los problemas.

En fin, así nos va, además de la crisis la gente cada vez es más desconfiada y rechaza cazar fuera de sus círculos habituales.

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